👀Cuando se habla de incidentes o eventos adversos, es fundamental reconocer que, por lo general, son el resultado de una intrincada convergencia de factores. Entre estos factores, dos tipos principales de problemas a menudo juegan un papel importante: fallas latentes y fallas activas.
🙄Las fallas latentes se pueden describir mejor como fallas o defectos estructurales dentro del marco de una organización o sus prácticas de gestión, como la falta de mantenimiento necesario o la capacitación inadecuada de los empleados.
💁♂️Por ejemplo, en una estación de desinfección automática, si el sistema de filtración no está instalado correctamente, las boquillas pueden obstruirse y hacer que el desinfectante se pulverice de manera desigual. Con el tiempo, esto puede conducir a una desinfección inconsistente de las superficies y un daño potencial a quienes entren en contacto con el espacio.
🕵️♂️Por el contrario, las fallas activas se refieren a errores humanos, incluidos los errores cometidos por los trabajadores, como olvidar agregar suficiente desinfectante en el tanque de la estación de desinfección a intervalos regulares.
🧑Por ejemplo, este lapso en la aplicación puede conducir a un alto riesgo de exponer a las personas a patógenos potencialmente peligrosos, especialmente para las superficies de uso frecuente, que podrían perder rápidamente su desinfección prevista con un solo error.
Un solo error o descuido, por menor que parezca, puede tener consecuencias devastadoras si no se aborda. Por lo tanto, es esencial prestar mucha atención a cada etapa de cada proceso y evaluar continuamente cómo se pueden prevenir posibles fallas.
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