La UE se ha puesto como líder mundial en la transformación de una economía lineal hacia una circular, ha trazado un plan con objetivos de desarrollo sostenible para lograr un cambio transformador para el 2030 y está dispuesta a trabajar colaborativamente con todas las partes interesadas de otras regiones, países y ciudades
La idea es devolver al planeta más de lo que tomamos y así lograr su correcto mantenimiento y respetar los ciclos regenerativos. La idea es que este cambio beneficie y genere nuevos empleos en todo el mundo. Es un llamado también a todos los emprendedores que tienen ideas innovadoras y potenciarlas con la tecnología, la economía participativa y colaborativa, el internet de las cosas, los macrodatos, la industria 4.0 y blockchain, para acelerar la circularidad y la desmaterialización de la economía.
Solo tenemos una Tierra, pero en 2050 el consumo mundial será el equivalente al de tres planetas . Se calcula que el consumo mundial de materias como la biomasa, los combustibles fósiles, los metales y los minerales se duplicará en los próximos cuarenta años y que la generación anual de residuos se incrementará en un 70 % de aquí a 2050 .
El tema es que nos encontramos ante la difícil misión de la asociatividad, es decir, si bien la UE está marcando una dirección clara hacia una economía justa y sana, los demás continentes, regiones, ciudades, personas debemos alinearnos a esta transición lo más pronto posible. El planeta es solo uno y nuestras fronteras con legislaciones e intereses diferentes lo hacen ver como mundos distintos. Tenemos que comenzar por nosotros mismos y exigir a nuestros gobiernos que se sumen con esta iniciativa y promulguen la asociatividad.
Durante los últimos años he trabajado junto a un gran equipo de personas y organizaciones como @ElCentroTecnológicodelPlástico, CTplas, Asociación Uruguaya de Industrias del Plástico (AUIP), la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU) y la Fundación Julio Ricaldoni (FJR), en cofinanciamiento con la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), para impulsar una Certificación +Circular para empresas que quieren migrar hacia una economía circular y hemos elaborado un manual para apoyar a las empresas a lograr esta transición (https://ctplas.com.uy/wp-content/uploads/2020/04/Manual-Circular-edicio%CC%81n-2.pdf).
Durante esta experiencia hemos notado cierta resistencia entre las partes interesadas de lograr una asociatividad que impulse la economía circular comenzando por nuestros jefes de gobierno. Como primer paso logramos romper con este paradigma al hablarlo y proponer ideas de mejora en toda la cadena de valor y vida útil de los productos que se fabrican e inclusive algunas empresas ya tienen acciones asociativas muy interesantes. Parte del problema reside en nuestro comportamiento como consumidores y que aún estamos sumergidos en el pensamiento lineal de explotar recursos, fabricarlos, comprarlos y tirarlos al vertedero. La solución y la causa raíz se encuentra en el diseño del producto y la logística inversa de clasificación para su reciclado; ahí están las preguntas más complicadas para las empresas y organizaciones. ¿De dónde provienen los recursos y materiales que se eligen?¿Son materiales fáciles de reciclar? ¿Algunos de sus componentes pueden ser fabricados con material reciclado?¿Cuánto tiempo quiero que dure?¿Es fácil de descomponer al final de su vida útil?¿Como va ser la logística inversa? ¿Quiero certificar mi producto con un sello verde? etc.
Claramente, y con la nueva normalidad, tenemos que trabajar en conjunto. Si pretendemos transformarnos como sociedad global hacia una economía circular, tenemos que estar dispuestos a trabajar de manera colaborativa con todas las partes interesadas. Necesitamos líderes que faciliten conexiones y ser conscientes de que esta transición es difícil pero no imposible, peldaño a peldaño.
Ing. Carlos Moreno
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