El otro día, al estar facilitando una reunión directiva a un equipo de ingenieros encargados de la planta y del sector comercial de la empresa, me llamó mucho la atención como se hablaba de ciertas dificultadas por fallas en la comunicación por diferentes puntos de vista, todos aportaban comentarios lógicos y entendibles pero hacía falta que realmente se escucharan.
Hasta que se tocó un punto sensible de algo que había ocurrido. Entonces me llevó a indagar un poco más, que tenía que ver con mala planificación en las compras de insumos, afectando directamente a la producción, entonces recordé que semanas atrás había escuchado del problema; durante un proceso traspaso de responsabilidades entre dos personas presentes había generado rispidez, teniendo como consecuencia un intento fallido en el traspaso, la persona que estaba recibiendo la responsabilidad en seguida quería cambiar la manera en que se hacían las cosas, entonces eso generó malestar entre las partes interesadas, ocasionando que la persona que quería delegar continuara haciendo las tareas de dicha responsabilidad,
“Una conversación es un diálogo, no un monólogo. Por eso hay tan pocas buenas conversaciones: debido a la escasez de personas inteligentes.”
― Truman Capote
Fue entonces que entré en escena pidiendo su autorización para hablar de manera directa. Todos accedieron, entonces les transmití lo que según yo había entendido de lo que había ocurrido y la persona que estaba recibiendo la responsabilidad me dijo que no era lo que había pasado. Fue entonces que desperté la discusión entre los presentes y entramos a una conversación difícil entre los participantes. Como maestro de orquesta, les pedí que escucharan los puntos de vista de cada uno y una vez entendiendo lo había sucedido fue que se llegó a un consenso logrando que uno se de ellos se empodere con una nueva responsabilidad y la otra persona le generó tener tiempo para desarrollar una nueva de responsabilidad para la evolución del puesto, permitiendo de esta manera el crecimiento de ambos.
Algunas veces al trabajar con lideres de empresas, percibo que al querer lograr cambios que fortalezcan el trabajo en equipo me doy cuenta que las personas prefieren no tener conversaciones difíciles entre ellos, sin entrar a los motivos lo que te pregunto para que reflexiones, ¿Hay algo en tus pensamientos que no te has animando a conversar con alguien de tu equipo, algún mal entendido, una llamada de atención, marcar algún limite, algo personal etc.?
Anímate, no por que sea difícil quiere decir que alguien va terminar ofendido sino todo lo contrario si se mira desde el lado constructivo siempre saldrán cosas buenas.
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